LAS PRIMERAS LETRAS

 

Los recuerdos por supuesto, no son directos sino recuerdos de recuerdos. En otros casos, son los recuerdos que tienen de ti familiares y amigos.

 

Mi madre decía que yo había sido el recién nacido más grande de todos mis hermanos. La báscula para bebés tenía un límite de cinco kilos, al pesarme la aguja sobrepasó su medida. También comentaba que fui quien más tardó en  hablar; a los tres años (y en venganza, desde entonces no he parado).

 

Pensé que nunca aprendería mis primeras letras. Me veo sentado y taciturno, con la cabeza gacha, en la mesa del cuarto de mi hermano Fote quien  desesperado pero tenaz, trataba de enseñarme las vocales, “- O... O... pon la boca así... OOO... U”.

 

Los años de la educación básica los pasé en muchos y variados colegios.

Trataré, apoyándome en datos y pidiendo memorias aquí y allá,  hacer un paseo lo más fidedigno posible.

Creo recordar que mi primer colegio fue de monjas, Las Concepcionistas, un colegio exclusivo para niñas donde estudiaban mis dos hermanas mayores. Pero en seguida “crecí” para seguir con las monjas y pasé un periodo como de transición, muy corto, en un colegio para varones que se llamaba Los Reparadores.

 REPARADORES 2

      Si me buscan, soy el primero de arriba a la izq.

Ya alcancé la edad o las condiciones, no sé, para entrar en Instrucción Primaria en Areneros, el colegio donde estudiaban mis dos hermanos “más” mayores, Pepe y Fote; pues a Roberto ya lo habían mandado a Cuba a vivir con mis abuelos maternos. Me imagino que fue para reafirmar su salud.

Pepe y Fote estudiaron en Areneros todo el bachillerato y ahí se graduaron. Allí tenían como actividad, entre otras, la Academia Literaria y la Academia de Música… y de pronto vienen a mi mente “momentos culturales” vividos en casa sin darnos cuenta. Compañeros de Pepe o Fote; uno, cantante operático que con potente voz interpretaba “Granada”, “La donna é mobile”, “O sole mío” y empiezas a conocer formas de expresión que te emocionan. Otro, nos mantenía extasiados frente a él, declamando apasionadamente y despertando en uno, sentimientos patrios con “Al Dos de Mayo”, o aventureros con “La Canción del Pirata”, o tristes y tiernos con “El Piyayo”... recuerdo que se me ponía la piel de gallina.

 

Y la pasión de Fote por el romántico Gustavo Adolfo Bécquer, “¿Qué es poesía?”... “¿Volverán las oscuras golondrinas?”... y le compran una bandurria que empieza a rasgar…

¿Pero cómo éstas frases;... “copo baladí”... “mole insegura”... “ansias de frenesí”, podían salir de la pluma de un niño de 15 años? Pues así fue. Forman parte de una poesía que Pepe le hizo al abuelo “Pepe” como regalo de su santo un 19 de Marzo (los santos se festejaban tanto o más que los cumpleaños). Roberto, que entonces contaba con 10 años, recitaría la poesía al abuelo. Pepe se la enseñó repitiéndosela una y otra vez. ¿Qué iba a saber Roberto lo que era “un copo baladí”?. Gracias a su prodigiosa memoria, Roberto aún hoy la recuerda con admiración. Una poesía con la frescura y el candor espiritual del adolescente en una estructura simple pero segura

 

                            Me dicen que hoy es tu santo,

                            como si yo lo ignorase

                            ¿Qué soy despistado?, pase,

                            pero mira, no es pa´tanto.

 

                            Reconozco que soy niño

                            alegre y dicharachero

                            y en esto mostrarte quiero

                            un poco de mi cariño.

 

                            ¿En qué forma? No lo sé.

                            Ni tan siquiera pensado

                            tengo este verso rimado

                            en la fiesta de José.

 

                            Santo patrón, noble al cielo,

                            lleno todo de virtudes

                            que con fuertes aludes

                            arrastra la Gracia al suelo.

 

                            Y yo, copo baladí,

                            en esta mole insegura

                            pido a Dios que con hartura

                            con ansias de frenesí,

                            colme este mi gran anhelo

                            para que un día cercano

                            protegidos por tu mano

                            podamos entrar al cielo.

 

Otra escena entrañable por la dedicación e interés que ponían, eran las sucesivas sesiones de  Milita y Paloma, practicando y enseñando a bailar a Mercedes y a Chon los bailes populares españoles aprendidos y divulgados por el Frente de Juventudes a través de sus Coros y Danzas de España. Bailaban con dominio las Sardanas, las Jotas, las Sevillanas, las Muñeiras. Conocían a la perfección sus sincronizados y complicados pasos.

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(Sigue a "Los Jesuitas")